En términos simples, la inflación corresponde al nivel de aumento de precios en una economía. El nivel interanual de inflación en el mundo en los últimos 10 años ha sido en promedio de alrededor del 3 %, lo que significaría un incremento en una década de más del 30 %. Por ejemplo, un alimento que antes valía 30 unidades monetarias ahora valdría casi las 40. Ahora bien, estos cambios varían dependiendo del país y del rubro sobre el cuál se calcule, tómese de referencia que la inflación de alimentos en Guatemala no es la misma que la de electrodomésticos en China. Estas variaciones en los precios dependen de las dinámicas propias de cada mercado y de las políticas económicas que les afecten.
La forma en la que funciona la inflación es compleja y se ve afectada por diversos factores, pero el de mayor efecto es la tasa de interés del Banco Central, ya que esta es la que impacta los flujos monetarios que se mueven dentro de una economía, influenciando directamente los precios. En general, los países presentan inflación y los gobiernos, a través de los Bancos Centrales, fijan la política monetaria para poder mantener una meta de inflación determinada, ya que esta variable afecta diversas áreas de la economía como el empleo, el crecimiento económico, las dinámicas del comercio internacional y la calidad de vida de las personas.
Por ello, por ejemplo, se puede observar que la Reserva Federal de Estados Unidos, para enfrentar la inflación históricamente alta que se tuvo en 2022 y 2023, comenzó a incrementar gradualmente su tasa, hasta mantenerla arriba del 5 % y ha visto sus efectos con una inflación que ahora se mantiene entre el 3 y el 2 %. Así, otros países implementaron políticas similares para buscar que la inflación se mantuviera en su rango deseado.
Con respecto a cómo esto afecta al consumidor, los aumentos en precios reducen la capacidad de compra si los ingresos nominales se mantienen constantes. Pongamos el caso de una familia que cuenta con un ingreso mensual de US$500, si el aumento de precios promedio a nivel general de su país de residencia ha sido del 3 % cada año en los últimos 10 años y sus ingresos nominales se han mantenido constantes, entonces, con los mismos US$500 ahora solamente pueden comprar lo que hace 10 años podían adquirir con US$328.
Existen instituciones que, para evitar que disminuya la calidad de vida de sus trabajadores, ajustan los salarios con respecto a inflación cada año. No obstante, esta no es la regla general ni en todas las empresas ni en todos los puestos. De hecho, esto se puede agravar en algunos sectores, cuando este ha presentado una menor inflación con respecto a la general, pues se estarían dando pérdidas de ingresos reales de manera focalizada.
La mayor parte de las personas deja de lado la influencia de la inflación en su capacidad adquisitiva, por lo que en algunas regiones se “pausan” los niveles de ingresos para algunas posiciones medias. Y, la intervención de los gobiernos se da principalmente cambiando el salario mínimo, sin dictar aumentos en otras categorías. Lastimosamente, el incrementar el salario mínimo, no necesariamente provoca cambios en los salarios de las demás posiciones.
Además de los ingresos líquidos recurrentes, la inflación afecta también las oportunidades de inversión, ya que estas pagan en términos nominales y comercialmente las tasas no se muestran corregidas por este valor. Por ejemplo, véase el caso de una persona que quiere realizar una inversión con un retorno del 8 % anual, pero la inflación en su localización es del 5% anual. En ese caso, su retorno real sería más cercano al 3 % que al valor nominal de la tasa.
En el caso anterior, algunas leyes protegen a los inversionistas a través de la comunicación oportuna de este tipo de información a través de las Casas Corredoras de Bolsa. No obstante, con respecto a los salarios, que son los ingresos principales de la mayoría de la población, esto no ocurre. Muchas personas, en especial aquellas con poca preparación profesional, pueden conformarse con mantener un nivel de ingresos nominal constante, esperando que los precios se “regulen” o abaraten, pero esto pocas veces sucede.
Así, a lo largo del tiempo, la población desinformada o con poco poder de negociación, deja que la inflación erosione su calidad de vida, lo que puede desembocar en problemas sociales. Por ello, es importante que los gobiernos y la empresa privada consideren los ajustes por inflación como algo natural dentro de las economías, ya que así se mantiene el bienestar de los colaboradores.
Recomiendo al lector analizar su posición en el mercado laboral y la evolución histórica de sus salarios. Pongamos de ejemplo que sus padres fueron abogados en el 2000, con un salario de US$1,000 mensuales, en una posición intermedia y ahora a usted le ofrecen el mismo cargo con el mismo salario, ¿cuál sería su nivel adquisitivo actual comparado con el que hubiese tenido en el 2000?, ¿considera esto justo?
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