César Addario Soljancic

En nuestro mundo globalizado, donde las acciones de naciones poderosas como Estados Unidos y China influyen fuertemente en el resto de las naciones, las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tienen un peso importante en las perspectivas económicas internacionales. Recientemente, la Fed anunció que mantendrá sin cambios las tasas de interés, pero que podría haber un nuevo incremento antes de que termine el año, una medida que repercute mucho más allá de las fronteras estadounidenses.

Las naciones centroamericanas han estado batallando por levantar sus economías tras el azote del COVID-19. Un entorno de tasas altas y una inflación trepidante han sido ciertamente obstáculos para conseguir este objetivo. Aún así, la región ha ido haciendo lo suyo. En nuestro más reciente Informe Macroeconómico detallábamos cómo Nicaragua, Honduras y Guatemala mantienen los mayores índices inflacionarios del área, mientras que El Salvador registró su nivel más bajo de inflación desde enero de 2022, lo que puede reflejar una mayor estabilidad en su economía. Panamá y Costa Rica continúan siendo los países con menor inflación en Centroamérica. Costa Rica, en particular, presentó datos negativos en su índice de inflación, marcando la cifra más baja en los últimos 5 años.

La Fed se ha propuesto bajar la inflación en Estados Unidos hasta un 2 %, mayormente a través del aumento de las tasas de interés, para enfriar la economía. El desafío ha sido cómo hacerlo sin deteriorar la dinámica económica. ¿Cómo nos afectan los movimientos recientes y los que se esperan para lo que resta de 2023?

Primero, es fundamental entender cómo las tasas de interés de Estados Unidos afectan a los países centroamericanos. Muchas de estas naciones tienen sus monedas vinculadas al dólar estadounidense o están fuertemente influenciadas por él. Cuando la Fed sube sus tasas, las inversiones y el capital tienden a fluir hacia Estados Unidos en busca de mejores rendimientos. Esto puede ejercer presión sobre las monedas locales y provocar una depreciación, lo que a su vez puede aumentar las presiones inflacionarias en la región.

En este contexto, la decisión de la Fed de mantener las tasas estables puede verse como una especie de respiro para las economías de Centroamérica. Aunque la inflación es una preocupación compartida con Estados Unidos, la realidad es que estas naciones han tenido dificultades para mantenerla bajo control.

La decisión de la Fed refleja su confianza en la fortaleza de la economía estadounidense y su capacidad para controlar la inflación sin dañar gravemente el crecimiento. Esto es crucial para Centroamérica, ya que una economía estadounidense sólida significa un mercado más robusto para sus exportaciones, lo que a su vez impulsa el crecimiento regional.