Los mercados financieros suelen reaccionar positivamente a ciertos eventos políticos. La respuesta de Wall Street a los resultados de las elecciones presidenciales de este 5 de noviembre en Estados Unidos, en las que ha ganado el expresidente republicano Donald Trump, son una muestra de ello.
Las políticas económicas que Trump anunció durante su campaña son percibidas como favorables por muchos inversores, pues consideran que abonarán al crecimiento económico. Esto incluye promesas como los recortes de impuestos y la desregulación, políticas que van a impulsar las ganancias corporativas, lo que llevará a un aumento en los precios de las acciones.
Un segundo factor que explica el entusiasmo en Wall Street tras este resultado electoral tiene que ver con los conflictos en Oriente Medio y en Ucrania. La victoria de Trump reduce la incertidumbre en cuanto a los precios de la energía, principalmente los del petróleo, un elemento vital para la inversión. Una reducción en los costos de la energía y del crudo también ayudaría a mantener baja la inflación, a que haya más liquidez, a que vuelvan a bajar las tasas de interés, y a que, por tanto, haya más crédito, impulsando la actividad económica.
Un tercer punto es que, tras la victoria del candidato republicano, se espera un crecimiento del consumo en Estados Unidos, influenciado por varios elementos:
1. Recortes de impuestos: Una de las políticas más destacadas de Trump fue la reforma tributaria de 2017, que incluyó recortes de impuestos para individuos y corporaciones. Nuevos recortes aumentarían el ingreso disponible para los consumidores, lo que impulsaría el gasto en bienes y servicios.
2. Desregulación: La administración de Trump promovió la desregulación en varios sectores, y ha prometido hacerlo nuevamente. Esto facilitaría la operación de empresas y fomentaría la inversión. Un entorno regulatorio menos estricto aumentaría la producción, facilitando que haya precios más bajos para los consumidores. Precios más bajos aumentan el consumo.
3. Empleo: Una mayor actividad económica demanda más talento humano. Un mercado laboral sólido y una baja tasa de desempleo suelen traducirse en un aumento del consumo, ya que más personas cuentan con ingresos estables para poder gastar. Un indicador que permite predecir este comportamiento es el que mide la confianza del consumidor, basada en la percepción positiva sobre la economía y las políticas económicas. Si los consumidores se sienten optimistas sobre su situación financiera y el futuro económico, es más probable que aumenten su gasto.
Un punto fuerte que se espera de la nueva administración es la inversión en infraestructura. Trump abogó por un aumento en el gasto en infraestructura, algo que igualmente generaría empleos y estimularía la economía local, llevando a un mayor consumo debido a un mayor ingreso en las comunidades.
Las políticas comerciales de Trump que generan controversia, como la renegociación de acuerdos comerciales, podrían tener efectos positivos en ciertos sectores de la economía, lo que beneficiaría finalmente a los consumidores mediante una mayor disponibilidad de productos y servicios. Sin embargo, encarecer las importaciones puede tener un efecto negativo en cuanto al aumento de precios.
Por último, los republicanos no son muy asiduos a los estímulos fiscales. Las medidas de estímulo fiscal, como cheques de apoyo a las familias y los aumentos en los beneficios de desempleo, van a ser recortados, y ese es un caudal importante de dinero que se va a redireccionar a otro tipo de obras.
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