En el cambiante panorama económico y financiero actual, es esencial mantenernos atentos en las perspectivas de crecimiento de los mercados emergentes. Recientemente, el banco de inversión JP Morgan emitió un análisis optimista sobre la economía salvadoreña, un informe que merece un análisis detenido por aquellos que observan de cerca nuestra trayectoria financiera.

Desde una perspectiva simplificada, el reporte económico de JP Morgan pinta una perspectiva alentadora para el país. Los aspectos clave que este análisis resalta merecen ser destacados, por lo que en este artículo los veremos uno a uno. Es importante reiterar que los datos provienen directamente del informe de JP Morgan quien, a su vez, los ha retomado de la información oficial del Banco Central de Reserva de El Salvador (BCR).

En primer lugar, JP Morgan habla de desinflación, un término técnico que denota una desaceleración en el aumento de los precios, es una señal positiva para los consumidores. Esta tendencia no solo protege el poder adquisitivo de las personas, bastante golpeada por la tendencia mundial de encarecimientos que inició con la pandemiad el COVID-19, sino que también contribuye a la estabilidad económica de los países. 

Adicionalmente, las cuentas fiscales del gobierno se encuentran en una posición sólida, reflejando un manejo responsable de los recursos públicos. El gobierno salvadoreño ha optado por combatir la evasión y la elusión para mejorar los montos de recaudación, lo cual ha sido clave para reducir el déficit fiscal.

El Salvador está experimentando, además, crecimiento económico, lo que se refleja en una mayor cantidad de personas empleadas, y en una producción empresarial en aumento. Las proyecciones indican que la economía podría expandirse en torno al 3.9% este año, una cifra que habla de resiliencia y potencial.

El sector manufacturero y la construcción están en pleno auge. Las fábricas están trabajando a pleno rendimiento y la construcción de edificios está en pleno apogeo. Este crecimiento no solo significa más productos y estructuras, sino también una generación de empleos en estas áreas vitales.

La demanda interna está igualmente en aumento, producto de una mayor confianza en la economía por parte de los ciudadanos. Esta tendencia es una señal de que las personas están dispuestas a gastar más dinero, lo que fortalece aún más el tejido económico.

Como mencionaba al principio, na gestión responsable del déficit fiscal es otro logro destacable. A pesar de las inversiones gubernamentales en proyectos públicos, el gobierno ha logrado manejar sus gastos y sus ingresos con eficiencia. Esto es esencial para garantizar una base financiera sólida.

Una señal especialmente prometedora es la convergencia de señales positivas en varios ámbitos de la economía. Desde la manufactura hasta la construcción y el consumo interno, estos avances simultáneos indican una base sólida para el crecimiento sostenible.