Comprar una vivienda propia es un objetivo fundamental que numerosas personas persiguen incansablemente. Para lograrlo, los créditos hipotecarios se han erigido como una herramienta clave que permite hacer realidad este sueño a largo plazo. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado un cambio significativo en la duración de los plazos de los créditos hipotecarios en varios países, y esta transformación podría relacionarse con la retirada de fondos de pensiones de los sistemas de seguridad social.
La evolución de los créditos hipotecarios
Desde inicios de la industria bancaria, los créditos hipotecarios han desempeñado un papel crucial en el acceso a la vivienda. Tradicionalmente, los bancos y las instituciones financieras han ofrecido préstamos hipotecarios a largo plazo, permitiendo a los prestatarios pagar sus viviendas en plazos extensos que a menudo superaban las dos décadas. Esto tenía un impacto directo en las cuotas mensuales, que eran más bajas y accesibles para una amplia gama de personas.
La disponibilidad de créditos hipotecarios a largo plazo fue un factor importante en el logro del sueño de la propiedad para muchas familias. Sin embargo, en los últimos años, se ha observado un cambio significativo en esta tendencia, con numerosos bancos reduciendo los plazos que antes solían ser comunes de 25 o incluso 30 años a un máximo de 20 años.
Posible causa: Los retiros de los ahorros individuales en los fondos de pensiones
Existen varias razones detrás de esta transformación en los plazos de los créditos hipotecarios, pero, para el caso de Chile, una de las principales es la acumulación de retiros de fondos previsionales, especialmente de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Los retiros masivos de los fondos previsionales, durante la segunda parte del 2021, generaron una importante venta de bonos, especialmente del Estado, los cuales son fundamentales para calcular las tasas hipotecarias. Esa situación creó un mercado de deuda a largo plazo cada vez más débil, lo que dificulta que los bancos puedan financiarse a largo plazo como solían hacerlo. Es decir que, ya no había suficiente demanda para bonos de larga duración debido a la venta masiva de activos por parte de las AFP en Chile.
Este cambio en el mercado de bonos se debe en parte a que las AFP son los principales compradores de deuda a largo plazo en el mercado local. Antes de los retiros, las AFP necesitaban adquirir activos a largo plazo para financiar pensiones que se pagarían en 10, 20 o incluso 30 años. Sin embargo, los retiros masivos las obligaron a vender activos para pagar los fondos solicitados, cambiando su papel de compradores a vendedores en el mercado de bonos a largo plazo.
El impacto en el mercado de renta fija y tasas hipotecarias
La relación entre los retiros de fondos de pensiones y la transformación en los plazos de los créditos hipotecarios se encuentra en el mercado de renta fija. Los bonos y otros instrumentos financieros a largo plazo son fundamentales para el cálculo de las tasas hipotecarias. La venta masiva de estos activos, impulsada por la necesidad de liquidez de las AFP y otras instituciones, ha ejercido una presión a la baja en los precios de estos bonos.
Esta situación llevó a una disminución en la disponibilidad de bonos a largo plazo en el mercado, lo que a su vez dificultó que los bancos chilenos obtuvieran financiamiento a largo plazo de la manera en que solían hacerlo. La falta de demanda para bonos de largo plazo ha debilitado este segmento del mercado de renta fija, lo que ha llevado a una reducción de los plazos en los créditos hipotecarios ofrecidos por los prestamistas.
Las implicaciones para los participantes
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