El comercio exterior de Canadá mostró señales mixtas en mayo, con un desempeño que refleja tanto recuperación como vulnerabilidad en medio de tensiones comerciales persistentes. Según datos oficiales, el déficit comercial del país se redujo a 1,930 millones de dólares canadienses, una mejora significativa respecto al máximo histórico registrado en abril, cuando el desequilibrio alcanzó los 3,550 millones.
Este resultado se debió principalmente a un aumento del 2.6% en las exportaciones totales, impulsadas por un alza en los envíos de oro, crudo y derivados del petróleo. Al mismo tiempo, las importaciones cayeron 1.6%, particularmente en bienes de consumo, lo que contribuyó a mejorar el balance comercial general.
No obstante, un dato preocupante fue la fuerte caída de las exportaciones hacia Estados Unidos, que disminuyeron 2.5% en comparación con el mes anterior. Estas ventas alcanzaron su nivel más bajo desde agosto de 2020, momento crítico de la pandemia. Analistas atribuyen esta caída al efecto de nuevos aranceles impuestos por Washington sobre productos metálicos provenientes de Canadá.
Dado que más del 70% de las exportaciones canadienses se dirigen a Estados Unidos, esta contracción tiene implicaciones relevantes tanto para la economía canadiense como para el comercio regional. Para América Latina, este tipo de tensiones comerciales en América del Norte pueden traducirse en oportunidades estratégicas para redirigir flujos comerciales e inversión hacia países con estructuras exportadoras competitivas y acuerdos bilaterales vigentes.
En un entorno global que sigue marcado por incertidumbres geopolíticas y ajustes en las políticas comerciales, los movimientos en la balanza comercial de economías clave como Canadá deben ser monitoreados de cerca. Desde EXOR, mantenemos un análisis permanente de estas dinámicas para anticipar impactos en la estructuración de financiamiento y las decisiones de inversión en América Latina.