Los reguladores financieros de Estados Unidos, encabezados por la Reserva Federal, están considerando ajustes al ratio de apalancamiento suplementario (SLR), pero sin excluir los bonos del Tesoro del cálculo. Esta decisión, que se discutirá oficialmente el 25 de junio, podría quedarse corta frente a las expectativas del mercado.
En lugar de una exención directa para los bonos del Tesoro, se propone reducir levemente las exigencias de capital para los grandes bancos. Según Bloomberg, la reducción oscilaría entre 1 y 1.5 puntos porcentuales para los bancos sistémicos, llevándolos a un rango del 3.5% al 4.5%.
La medida llega tras una serie de advertencias de funcionarios del propio banco central sobre el riesgo de mantener expectativas inflacionarias desancladas y un entorno económico que, a pesar de señales de desaceleración, sigue mostrando resiliencia. El objetivo sería preservar la capacidad de los bancos para operar bajo presión sin relajar demasiado el marco prudencial.
Sin embargo, la exclusión de bonos del Tesoro (una propuesta que contaba con amplio respaldo en Wall Street) se considera más efectiva para liberar espacio operativo en los balances bancarios, sin comprometer la estabilidad financiera. La decisión de no incluir esta opción en el corto plazo ha generado reacciones mixtas y ha vuelto a abrir el debate sobre la efectividad de las herramientas regulatorias actuales.