En los últimos meses, Internet se ha estremecido con la aparición de ChatGPT, un sistema de chat basado en inteligencia artificial, desarrollado por OpenAI. El software es capaz de generar ensayos, poemas, discursos, crear códigos de programas en algunos lenguajes, editar imágenes, entre otras cosas, con mucha facilidad. Además, puede mantener conversaciones y entender el contexto de estas, llegando a identificar adjetivos y adverbios que puedan modificar el significado de cada frase. Este ha sido creado para poder expresarse de manera natural, precisa y clara. 

Lo sorprendente de esta Inteligencia Artificial (abreviado como IA) es que puede dar respuestas completas y bastante acertadas. Últimamente, muchas noticias hablaN de cómo universidades de España y Estados Unidos ya han prohibido el uso de ChatGPT, pues está siendo utilizada por algunos estudiantes para resolver sus tareas con gran calidad. 

En contraste con los temores de los académicos, ChatGPT ha revolucionado la percepción del mercado. Por un lado, luego de la conmoción provocada por el programa, Microsoft no dudó en invertir aún más en OpenAI a fin de implementar su software como pieza clave para su buscador Bing. Google, por su parte, no se ha quedado atrás y ha anunciado el lanzamiento de varios servicios basados en IA. Uno de ellos es Bard, que por el momento ha fallado en su misión de competir con ChatGPT, pero no deja de ser un potencial competidor para el futuro. 

Las inteligencias artificiales se han convertido, en los últimos meses, en la tecnología más puntera del momento. Esto se debe a su capacidad de resolver de forma sistemática y automatizada problemas sencillos y tediosos. Por una parte, implementarla en motores de búsqueda como Google o Bing puede ser la pieza clave para dominar el mercado de los buscadores de los años venideros. Esto podría revolucionar la manera en que interactuamos con la información. 

Los motores de búsqueda casi no han cambiado en los últimos años, sus actualizaciones se han enforcado mayormente a la resolución de bugs, a la implementación de búsquedas más precisas y a la reducción de los tiempos de respuesta. Sin embargo, la IA aporta una innovación sin precedentes: la interactividad. Hoy en día podemos preguntarle a ChatGPt: “¿Podrías sugerirme regalos para el día de la madre con enlaces de Amazon?” y nos desplegará una serie de sugerencias, con los comentarios respectivos para ayudarnos a decidir qué sería lo más adecuado.

La IA juega papeles importantes en muchas industrias, como la salud, donde puede utilizarse para mejorar el diagnóstico y tratamiento de algunas enfermedades al analizar grandes cantidades de datos médicos. Dentro de la industria del transporte se emplea como base para el desarrollo de sistemas de conducción autónoma y mejora del tráfico. En el sector de energía se utiliza también para gestionar la producción, lo que lleva a la reducción de costos y aumenta la eficiencia de las empresas.

Todavía hay muchos retos que las inteligencias artificiales deben afrontar. En primer lugar, sus sofisticados algoritmos requieren cada vez mayor cantidad de núcleos de procesamiento para poder ser ejecutados en un tiempo viable.  En segundo lugar, las IA dependen en gran medida de la disponibilidad de los datos, que pueden ser personales y confidenciales. A raíz de algunos cargos en contra de grandes empresas como Meta y Apple por el uso no ético de la información de sus usuarios, varias regiones han implementado legislación estricta para restringir el acceso a estos registros. En tercer lugar, la falta de confianza, en parte derivada de la propia naturaleza de las IA y el misticismo detrás de su funcionamiento. Por último, existen algunas discusiones éticas que aún quedan sobre la mesa, como la privacidad de la información, la responsabilidad de las IA a la hora de tomar decisiones, la transparencia de los sistemas y los derechos laborales de aquellos cuyo trabajo corra riesgos debido a la automatización de sus labores.

En resumen, la IA tiene, como cualquier otra tecnología, grandes ventajas y desafíos. Sin embargo, es innegable su importancia en el desarrollo del mundo moderno. En ese sentido, queda en nuestras manos el informarnos al respecto, y buscar las grandes oportunidades que se abren en esta era tecnológica.