El flujo de remesas hacia Honduras marcó un nuevo récord entre enero y julio de 2025, alcanzando los $6,914.7 millones, lo que representa un incremento del 25.2% respecto al mismo periodo del año anterior. Así lo informó el Banco Central de Honduras (BCH), destacando que este crecimiento equivale a un ingreso adicional de $1,394.1 millones en comparación con los $5,520.6 millones registrados en 2024.
Solo en julio, el país recibió $1,114.9 millones, consolidando a las remesas como la principal fuente de divisas, superando incluso a las exportaciones de café, maquila y otros sectores clave. El 80% del total proviene de Estados Unidos, donde residen cerca de 1.8 millones de hondureños, mientras que España representa el 10.2% y otros países como México, Canadá, Costa Rica y Panamá completan el 4.5% restante.
Este flujo económico representa más del 25% del PIB de Honduras y sostiene el consumo interno en sectores esenciales como alimentación, salud y educación. Las madres son las principales receptoras, con más del 37% de los envíos, según el informe del BCH. Además de los envíos regulares, las remesas también se canalizan en ocasiones hacia construcción, compra de vivienda, eventos familiares o gastos médicos.
Si se mantiene el ritmo actual, Honduras podría cerrar 2025 superando los $10,259.7 millones en remesas, una cifra histórica que refleja tanto la fuerza de su diáspora como las condiciones estructurales que siguen empujando a miles de hondureños fuera del país. La pobreza, el desempleo y la inseguridad siguen siendo los motores de la migración forzada.
En EXOR monitoreamos de cerca el impacto de las remesas en las economías centroamericanas. Estos flujos no solo representan alivio inmediato para los hogares, sino también oportunidades para canalizar inversión hacia vivienda, servicios y proyectos productivos. Comprender su dinámica es clave para diseñar estrategias financieras sostenibles que respondan a los desafíos y oportunidades de la región.