Es probable que todos tengamos ese “amigo” que, cuando estamos atravesando un momento difícil, nos ofrece su ayuda, no sin nada a cambio. Lo mismo ocurre con las empresas y gobiernos. Cuando las altas presiones de deudas asfixian a las compañías o los Estados, los denominados fondos buitre o holdouts aparecen. Como si de un ave carroñera se tratara, estos fondos buscan “aprovechar” y comprar títulos de deuda; posteriormente, venden esta misma a un precio muy superior al que pagaron, llevándose consigo una buena tajada.

Pero, ¿qué son los fondos buitre? Los fondos buitre son sociedades cuyo propósito es invertir en oportunidades de negocio altamente riesgosas, tales como empresas en dificultades, bonos de alto riesgo, propiedades en proceso de ejecución hipotecaria y gobiernos en default. Su estrategia consiste en reestructurar estas inversiones a través de la adquisición o negociación de la deuda por debajo de su valor y luego venderlas para obtener altos beneficios. Cuando una empresa o gobierno se encuentra en una situación de sobreendeudamiento y no tiene muchas opciones para seguir operando debido al riesgo que esto implica, los fondos buitre pueden aparecer para negociar su deuda a un valor inferior y brindar un respiro a la entidad. Una vez que la turbulencia ha pasado, estos fondos venden sus inversiones por encima de su precio de adquisición.

Es importante destacar que este especial apetito por el riesgo implica que los objetivos de los fondos buitre son entidades al borde de la quiebra. A pesar de que este concepto ha generado polémica y críticas, los fondos buitre o holdouts ofrecen una oportunidad de inversión en activos con alta rentabilidad, pero también con un alto riesgo, y pueden brindar una solución financiera a entidades en dificultades que de otra manera no tendrían una alternativa viable.

¿Cómo operan los fondos buitre? 

El esquema general seguiría los siguientes puntos: 

• Localización de la oportunidad. 

• Adquisición a bajos precios. 

• Ejecución de procesos de transformación: reducción de plantillas o venta de bienes. 

• Revalorización del proyecto. 

• Futura venta y consecución de rentabilidad.

¿Quiénes son los objetivos?

Aparte de las empresas privadas, la historia nos ha dejado ejemplos de países en vías de desarrollo que han tenido que vérselas con estos fondos. En 1992, el fondo Dart Capital demandaba a Brasil ante un tribunal. Por otro lado, México, Perú, Ecuador y Argentina, sucesivamente declarados en quiebra, eran denunciados ante los tribunales por algunos de sus prestamistas.

A principios de los 2000, los países afectados fueron, en su mayoría, africanos: Camerún, República Democrática del Congo (RDC), República del Congo, Guayana, Etiopía, Liberia, Sierra Leona, Zambia, Sudán y Uganda, etc.

¿Cuáles son los fondos buitres más conocidos?

• Cerberus: En 2011, compró 96 oficinas al banco español Bankia por 96 millones de euros. 

• Blackstone: Es la primera firma de capital riesgo del mundo. Blackstone ha asesorado a clientes en operaciones fusiones y adquisiciones valoradas en más de $550,000 millones de dólares. 

• Apollo: sociedad norteamericana especializada en gestión de carteras de créditos y en el sector inmobiliario. 

• Centerbridge: La sociedad con sede en Nueva York gestiona más de $25,000 millones de dólares.

¿Amigo o enemigo?

Aprovechando su posición privilegiada, los holdouts renegocian la deuda obligando a su deudor a satisfacer unos intereses elevadísimos o, en su defecto, a liquidar los activos en favor del nuevo acreedor. Sin embargo, también los fondos buitre pueden implementar cambios estratégicos y operativos para mejorar la eficiencia y reducir los costos no solo de entidades privadas sino de gobiernos enteros. Esto puede ayudar a recuperar su rentabilidad/estabilidad y mejorar su valoración en los mercados. A veces, los fondos buitre pueden ayudar a salvar instituciones que, de otra manera, podrían haber desaparecido, evitando la pérdida de empleos, contribuyendo al crecimiento económico, y dependerá de las circunstancias específicas de cada inversión.