Opinión

Cómo las decisiones estúpidas afectan nuestra economía

  • Anderson Reinoza
    Exor - Latam Centroamérica
    20 de Junio, 2024

En 1922, la ciudad italiana de Pavía vio nacer a uno de los más controversiales e irreverentes historiadores económicos que ya falta le hacía a todo Occidente. Carlo M. Cipolla publicó en 1988 un breve ensayo sobre su Teoría de la Estupidez y nos dejó las leyes que la gobiernan (Cipolla, 1996).


1.     Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación.

2.     La probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de esa persona (como educación, profesión, estatus social, etc.).

3.     Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.

4.     Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que, en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.

5.     Las personas estúpidas son el tipo de personas más peligrosas y la única manera efectiva de tratar con ellas es evitar todo contacto.


Ahora, analicemos el árbol de decisión que según el maestro Cipolla puede conducir o no, al estado de estolidez. 


1)    Individuo: Comienza cuando con una persona que toma una decisión.

2)    ¿Daña a otras personas?

a)    No: Si la decisión no causa daño a otros, se evalúa si beneficia al individuo.

b)    Sí: Si la decisión causa daño a otros, se evalúa si beneficia al individuo.

3)    ¿Beneficio al individuo?

a)    Si la decisión no causa daño a otros:

i)      No: Si no beneficia al individuo, entonces es incapaz o neutro.

ii)     Sí: Si beneficia al individuo, entonces es inteligente o benefactor.

b)    Si la decisión causa daño a otros:

i)      No: Si no beneficia al individuo, entonces es estúpido (Ley 3).

ii)    Sí: Si beneficia al individuo, entonces es un bandido (Ley 4).


Acá, nace la pregunta, ¿cómo vemos reflejado esto a nivel mundial? Y, probablemente más importante, ¿a nivel personal?


A nivel mundial: La crisis del 2008 se debió básicamente a la acción de conceder hipotecas de altísimo riesgo y crear derivados financieros con base en las mismas. En este sentido, los resultados fueron enormes pérdidas a millones de personas, y países provocando desempleo y una recesión  que aún hoy en día (16 años después) no todos los países se recuperan.


A largo plazo, muchos bancos y entidades financieras también sufrieron pérdidas masivas y algunos colapsaron (por ejemplo, Lehman Brothers). ¿Cuál fue el resultado?, de acuerdo con la ley 3 fue una estupidez dónde la avaricia y la falta de visión a largo plazo llevaron a una crisis que perjudicó tanto a los demás como a las propias instituciones.


Ahora bien, en materia personal, cuando hablamos de crisis financiera del individuo nos deberíamos remitir al siguiente escenario. Imaginemos a una persona con ingresos estables que ha decidido un 24 de diciembre hacer uso de sus tarjetas de crédito. La emoción de la época y la influencia de su ambiente lo lleva a realizar múltiples compras impulsivas acumulando una deuda considerable sin tomar en cuenta su capacidad de pago. 


Acaso nuestro individuo ¿ha dañado a otros?, indirectamente puede que sí, el principio del siguiente año puede someter a un estrés financiero a su familia. ¿ha obtenido beneficio propio?, claro que no, la acumulación de deuda lleva a altísimos intereses, lo que resulta en problemas financieros de mediano y largo plazo o peor aún, a dificultades legales si no lo logra cubrir la deuda. ¿Cuál es el resultado de esta decisión? De acuerdo con la ley 3 sería una estupidez, pues la decisión de gastar descontroladamente causó daño a terceros (su familia) y así mismo sin reportar ningún beneficio. 


Con todo esto, Cipolla nos regala un diagrama del comportamiento humano basado en su libro Allegro ma non troppo. En este esquema se coloca el factor: “Beneficios y pérdidas que un individuo se causa a sí mismo” en el eje X y el segundo factor: “Beneficios y pérdidas que un individuo causa a los otros” en el eje Y quedando de acuerdo con este diagrama.


En resumen, para Cipolla las personas se pueden separar en 4 cuadrantes:

1)    El inteligente beneficia a los demás y a sí mismos;

2)    El incauto o desgraciado: benefician a los demás y se perjudican a sí mismos; 

3)    El estúpido perjudica a los demás y a sí mismos Y;

4)    El malvado o bandido: perjudica a los demás y se beneficia a sí mismos.


Desde una perspectiva puramente económica y utilitaria, un individuo malintencionado resulta preferible a uno estúpido. Esto se debe a que las acciones del malvado, aunque dañinas, suelen resultar en la transferencia de bienes de una persona a otra. En cambio, las acciones de los estúpidos no generan ningún beneficio para nadie. Estimado lector, ¿cuál es tu opinión al respecto?

 

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