Redacción EXOR 

El Banco Central Europeo (BCE) realizó el jueves su primer recorte de tasas de interés desde 2019, citando avances en el combate contra la inflación, aunque reconoció que la lucha está lejos de terminar. En nuevas previsiones publicadas junto con el recorte de tasas, el BCE indicó que espera que la inflación promedie 2.2% en 2025, un aumento respecto a la estimación previa de 2.0%, lo que sugiere que se mantendrá por encima del objetivo del 2% del banco central hasta bien entrado el próximo año. 

La inflación en los 20 países que usan el euro ha caído al 2.6% desde más del 10% a finales de 2022, gracias a la reducción de los costos de combustible y a la disminución de los problemas de suministro post-pandemia. Sin embargo, este progreso se ha estancado recientemente y lo que parecía ser el inicio de un ciclo de flexibilización importante del BCE hace unas semanas ahora parece más incierto debido a señales de que la inflación podría ser persistente, como ha ocurrido en Estados Unidos. Al reducir su tasa de depósito al 3.75% desde un máximo histórico del 4.0%, el BCE no dio indicios sobre si esto fuera seguido por una nueva flexibilización en julio. 

Pese al progreso en los últimos trimestres, las presiones de precios domésticos siguen siendo fuertes por el elevado crecimiento de los salarios, y es probable que la inflación se mantenga por encima del objetivo hasta el próximo año. Si bien los responsables de la política del BCE señalaron su confianza en que la inflación se está domando gradualmente, también hubo suficiente cautela en su declaración para convencer a algunos observadores del BCE de que el recorte del jueves no se repetirá en la próxima reunión. En opinión de algunos expertos, es poco probable que veamos recortes consecutivos en julio. 

Lagarde indicó que solo un miembro del Consejo de Gobierno se opuso a la decisión de recortar las tasas. Tres fuentes informaron a Reuters que se trataba del jefe del banco central de Austria, Robert Holzmann, quien citó el aumento en las proyecciones de inflación como motivo para mantener las tasas sin cambios. Con la medida del jueves, el BCE se une a los bancos centrales de Canadá, Suecia y Suiza en deshacer algunas de las series de aumentos de tasas de interés más pronunciadas en la historia reciente. Algunos comentaristas han cuestionado la lógica de actuar ahora, especialmente dado que la Reserva Federal de Estados Unidos ha sido detenida en su camino por lecturas de inflación más fuertes de lo esperado y no se espera que actúe hasta después del verano.