Honduras ha registrado un flujo récord de remesas durante los primeros once meses de 2025. Según el Banco Central de Honduras (BCH), el país recibió $11.105,7 millones entre enero y noviembre, lo que implica un notable crecimiento interanual del 13.9%. Esta cifra ya supera la meta anual de $10.200 millones que el BCH había proyectado.
Las remesas se consolidan como el principal sostén de la economía hondureña, superando a la Inversión Extranjera Directa y las exportaciones. Estos flujos de capital representan más del 25% del Producto Interno Bruto (PIB) de Honduras, un factor crítico dada la alta tasa de pobreza del país.
El origen de este capital está altamente concentrado: más del 80% de las remesas provienen de Estados Unidos, donde reside una vasta comunidad hondureña. España ocupa el segundo lugar, con un 10.2% del total. El 80% de estos recursos se destina a cubrir necesidades básicas como alimentación, salud y educación, siendo las madres las principales beneficiarias.
En EXOR, analizamos cómo la resiliencia en el flujo de remesas actúa como un amortiguador macroeconómico clave para la estabilidad de las divisas y el consumo en Centroamérica. Si bien el crecimiento de las remesas reduce la vulnerabilidad externa, también subraya la dependencia económica de estos flujos, un factor que debe considerarse en las estrategias de inversión y el desarrollo de la economía formal en Honduras.