Exor - Latam Centroamérica
13 de Enero, 2022
César Addario Soljancic, vicepresidente regional de EXOR LATAM para Centroamérica y el Caribe, el ejecutivo señaló que los países de la región comienzan a ver la luz tras el declive económico de 2020, ocasionado por la pandemia de COVID-19.
Explicó que Centroamérica debe vigilar sus balances gemelos, tanto el de cuenta corriente como el fiscal, para sentar las bases de un crecimiento más sólido tras la crisis provocada por la pandemia del COVID-19, señaló César Addario Soljancic, vicepresidente regional de EXOR LATAM para Centroamérica y el Caribe. Aunque a ritmos desiguales, los países de la región se encaminan a volver a marcar variaciones positivas en su Producto Interno Bruto en 2022, señaló el ejecutivo, en esta entrevista.
¿Cuál es el panorama para la región en este cierre de año?
Este 2021 fue un año lleno de retos. Aunque muchos esperábamos que a estas alturas la pandemia estuviera superada, la verdad es que ni el avance que ha habido en el ritmo de vacunaciones contra el COVID-19 nos acerca a tal aseveración. Más recientemente, la identificación de nuevas sepas ha significado el renacer de los temores a que sean necesarios nuevos cierres. La variante Ómicron, por ejemplo, ha llevado a nuevas restricciones de viajes, que no solo han impactado a las bolsas mundiales, sino también al precio del petróleo. La región centroamericana finaliza el año en medio de este panorama, por lo que los crecimientos netos con relación al punto en el que se estaba antes de la pandemia aún no son significativos.
¿Se espera que 2022 sea igual de complicado?
Definitivamente habrá que ver y esperar opciones, y cómo viene lo que aún no medimos de la pandemia y lo que pueda afectar. Pero si nos basamos en las proyecciones que hasta el momento se han hecho, 2022 significará el inicio de la recuperación económica para Centroamérica. Recordemos primero que el PIB de la región se redujo en US$30,000 millones entre 2019 y 2020. De allí qué pese a que haya países con perspectivas promisorias, como El Salvador, que modestia aparte nuestro equipo de análisis de mercados de Exor lo anuncio con precisión mucho antes que crecería arriba del 10 %, la pandemia aún requerirá tiempo e inversión para poder ser superadas, y esperamos que en 2022 se inicie este proceso.
¿Cuáles son los países con mejores perspectivas?
Partamos de qué en 2021, aunque los países de la región registrarán avances en sus economías, no serán suficientes para compensar las caídas de 2020. Dos naciones destacan en cuanto a las previsiones de crecimiento: Panamá y El Salvador, con perspectivas de crecimiento del 12 % y 10 % en 2021, respectivamente. En cuanto a 2022, se espera que Panamá crezca por encima del 8 %, y El Salvador, cerca del 5 %.
¿Cómo le irá al resto?
Para el resto, el paso es más lento, pero firme. Guatemala rondaría el 4.6 % en 2021, y arriba del 4 % en 2022. Honduras avanzaría un 5 % este año y en torno al 3.6 % el próximo. Costa Rica finalizaría 2021 con un crecimiento del 3.7 % y uno del 3.5 % en 2022, mientras que Nicaragua, el de menor avance, se quedaría con un 2.5 % este año, y un 1.8 % el siguiente.
¿Qué deberían hacer los países de la región para afianzar esta recuperación?
Hay que reconocer que, en lo que respecta al sector externo, se puede hacer poco. El entorno internacional, y sobre todo lo que suceda en la economía estadounidense, tiene un enorme peso sobre el desempeño de la región. Aún así, para los países de la región hay cuestiones clave como no descuidar sus cuentas. Los llamados déficits gemelos, el déficit fiscal y el de cuenta corriente, pueden entorpecer las perspectivas de crecimiento si crecen sin control.
¿Cómo está el panorama fiscal para el área?
Ya tambaleaba desde antes de la pandemia, y aunque los panoramas son igualmente heterogéneos, con Costa Rica desarrollando un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y El Salvador negociando cerrar uno con la misma entidad. El impacto de la pandemia agravó esta situación que ya era delicada, y los gobiernos tuvieron que hacer frente a las crecientes demandas de recursos debido a la emergencia sanitaria, mientras se reducía notoriamente la recaudación debido a la paralización de las economías.
¿Y en cuanto al impacto por el lado del comercio exterior?
El sector exportador, que en muchos países vio totalmente paralizada su actividad, ahora lucha por sostener el crecimiento en medio de un campo minado: una crisis global de encarecimiento logístico, escasez de contenedores, y el aumento de los costos para el transporte terrestre intrarregional. Es importante reconocer dónde están las principales amenazas y riesgos a la recuperación de las economías en su conjunto, para poder enfocar mejor los esfuerzos multisectoriales y paliarlos de la mejor manera. Los déficits gemelos son uno de esos puntos que requieren atención.
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