Redacción EXOR

El Banco Central Europeo (BCE) se prepara para implementar un recorte de tasas de interés el próximo 6 de junio, en respuesta a la desaceleración de la inflación. Sin embargo, destacados responsables de políticas del BCE instan a proceder con prudencia en futuras decisiones. Aunque el primer recorte parece inminente, el debate actual se centra en la magnitud y el ritmo de los recortes subsiguientes, con los mercados ajustando sus expectativas a sólo un recorte adicional este año.

François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia, expresó en una entrevista con el diario alemán Boersen Zeitung que, después de junio, el BCE conservará cierta flexibilidad. "El primer recorte en junio está casi asegurado, pero después tenemos varias opciones abiertas", dijo Villeroy, destacando la importancia de un enfoque cauteloso y basado en datos.

Philip Lane, economista jefe del BCE, coincidió en la necesidad de cautela en su discurso en Dublín. Alertó sobre los riesgos de mantener tasas demasiado elevadas por demasiado tiempo, lo cual podría llevar la inflación por debajo del objetivo del BCE. "Mantener un nivel restrictivo de tasas de interés por demasiado tiempo podría forzarnos a realizar ajustes más drásticos en el futuro, incluyendo recortes que podrían llevar las tasas a niveles subóptimos", explicó Lane.

A pesar de la disminución en la previsión de recortes, Lane afirmó que la desinflación progresa según lo previsto y que, aunque los datos de precios puedan fluctuar en los próximos meses, se espera que la inflación se estabilice en el objetivo del 2% del BCE para 2025. Este enfoque prudente y deliberado subraya la estrategia del BCE de adaptarse flexiblemente a las circunstancias económicas mientras se asegura de no desviar la trayectoria de crecimiento económico a largo plazo.