Redacción EXOR

La agencia crediticia Moody's destacó un panorama positivo para los sectores bancarios de México y Paraguay en 2024, gracias a condiciones operativas favorables en estos países. La revisión de perspectivas para los bancos de los principales mercados latinoamericanos reveló que, de diez mercados bancarios de la región evaluados, siete mantienen panoramas estables y dos, específicamente México y Paraguay, disfrutan de una visión positiva.

La evaluación se llevó a cabo en un contexto global desafiante para la banca, marcado por un crecimiento económico reducido y un ambiente de tasas de interés elevadas en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, según Moody's, los bancos en México se beneficiarán significativamente del "nearshoring" y de menores costos de financiamiento.

El "nearshoring", o traslado de inversiones empresariales hacia mercados cercanos, se espera que tenga un impacto positivo en la banca comercial de México y en algunos mercados de Centroamérica, como Costa Rica, más adelante en el año.

En el sur de América Latina, la banca chilena se encuentra en una posición favorable para la mejora de la calidad de sus créditos tras el deterioro observado desde principios de 2022, manteniendo una perspectiva estable. Moody's prevé un incremento en la demanda de préstamos y una mejor capacidad de pago por parte de los hogares.

Por otro lado, los bancos en Perú y Colombia se perfilan con un panorama estable, después de enfrentar escenarios macroeconómicos desafiantes en 2023, marcados por tasas de inflación elevadas que se espera disminuyan.

En Brasil, la agencia anticipa condiciones generalmente positivas para los prestamistas, a pesar de una desaceleración esperada en la mayor economía de la región. Se proyecta un escenario más favorable en 2024, con una menor expectativa de morosidad y una rentabilidad estable.

Contrariamente, Argentina enfrenta el único panorama negativo entre los sistemas bancarios evaluados en la región. Moody's señaló que la alta exposición de los bancos a la deuda gubernamental está afectando el riesgo de sus activos, en un contexto de profunda recesión e hiperinflación que limita las posibilidades de mejorar la rentabilidad.