La economía de México, la segunda más grande de América Latina, registró una contracción de 0.3% en el tercer trimestre de 2025 respecto al trimestre anterior, según una estimación preliminar del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este dato, que rompe con dos trimestres consecutivos de crecimiento, se alinea con las proyecciones más cautelosas del mercado.

El principal motor de la desaceleración fue la actividad industrial (secundaria), que mostró una caída secuencial de 1.5%. Este sector incluye manufactura, un componente vital para la economía de México y su vínculo con el mercado de Estados Unidos. La contracción industrial neutralizó el crecimiento observado en el sector primario (agricultura, pesca y minería), que se expandió un 3.2%, y el modesto avance de 0.1% en servicios.

A nivel interanual, la economía también sufrió un revés, contrayéndose 0.2% en comparación con el mismo periodo de 2024. Esta sería la primera caída trimestral interanual desde principios de 2021, una señal de que la esperada desaceleración de la segunda mitad del año es más pronunciada.

La debilidad en la actividad productiva se produce en un contexto de incertidumbre comercial, especialmente por las tensiones arancelarias con Estados Unidos, principal socio comercial de México. Esta volatilidad externa, sumada a la moderación en la demanda interna, está ejerciendo una presión significativa sobre el ritmo de crecimiento.

En EXOR, consideramos que esta contracción subraya la alta sensibilidad de México a los ciclos industriales globales y a las políticas comerciales de su vecino del norte. Para los inversionistas en la región, la evolución del sector manufacturero mexicano y las negociaciones comerciales serán métricas clave para evaluar el riesgo y las perspectivas de inversión en deuda corporativa y flujos de capital. La resiliencia del sector servicios será crucial para mitigar una desaceleración más profunda en el futuro.