S&P Global reafirmó la calificación crediticia de Estados Unidos en 'AA+' con perspectiva estable, destacando que los ingresos arancelarios generados por la administración Trump están compensando el impacto fiscal negativo de su reciente paquete de recortes tributarios y aumento de gasto público.
La decisión llega tras la entrada en vigor en julio de la ley denominada One Big Beautiful Bill Act, que incluye nuevas reducciones fiscales y hace permanentes los recortes aprobados en 2017. Pese a las preocupaciones por el incremento en el déficit fiscal, S&P considera que el alza en los ingresos por aranceles es suficiente para equilibrar temporalmente las cuentas públicas.
En julio, Estados Unidos reportó un incremento de $21,000 millones en recaudación por derechos de aduana. No obstante, el déficit presupuestario también se amplió en casi 20%, alcanzando los $291,000 millones en ese mismo mes.
Desde su regreso a la presidencia en enero, Donald Trump ha reactivado una guerra comercial global imponiendo un arancel base del 10% a todas las importaciones, además de gravámenes adicionales a ciertos productos y países. S&P estima que esta estrategia ha generado ingresos suficientes para mitigar los efectos fiscales de su política expansiva.
La calificadora proyecta que el déficit fiscal general promediará 6.0% del PIB entre 2025 y 2028, una mejora frente al 7.5% estimado en 2024 y al promedio de 9.8% entre 2020 y 2023. Aunque Moody’s redujo la calificación soberana de EE.UU. en mayo por el aumento sostenido de la deuda, S&P optó por mantener su evaluación actual.
En EXOR, analizamos cómo estas decisiones fiscales y comerciales impactan el riesgo soberano, el flujo de capitales y las condiciones de financiamiento para América Latina. La gestión del equilibrio entre ingreso fiscal, gasto y estabilidad política seguirá siendo clave para los mercados globales en el corto y mediano plazo.
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