Exor - Latam Centroamérica
01 de Noviembre, 2024
Redacción EXOR
La inversión china en América Latina ha alcanzado niveles históricos en la última década. En México, durante el primer semestre de 2024, se registraron más de 235 millones de dólares en inversión directa desde la República Popular China, según el Consejo Mexicano de Comercio Exterior (COMCE). Parte de esta inversión podría estar subregistrada debido a triangulaciones realizadas a través de Hong Kong, las Islas Caimán y Sudamérica, pero el interés económico chino en México es notorio, particularmente en el sector inmobiliario.
Datos de SiiLA Market Analytics indican que la inversión inmobiliaria china en México ha quintuplicado la ocupación de metros cuadrados entre 2019 y 2023. Más de 1,8 millones de metros cuadrados de suelo mexicano están ocupados por empresas de origen chino, especialmente en el norte del país, en estados como Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas, donde se han establecido numerosas plantas de producción de componentes electrónicos y automotrices, beneficiándose de su cercanía al mercado estadounidense y del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
La ocupación inmobiliaria ha generado un aumento en la actividad económica, pero también ha presentado ciertos retos, como una tasa de ocupación del 98%, falta de terrenos para nuevas construcciones y problemas de suministro de agua potable. Además, las políticas del gobierno estadounidense para limitar la influencia china podrían afectar la inversión futura, con la próxima revisión del T-MEC en 2026.
En América Latina y el Caribe, la situación refleja tendencias similares. Desde el lanzamiento del Documento de Política hacia América Latina y el Caribe en 2016, el gobierno chino ha establecido múltiples acuerdos de inversión, priorizando infraestructura, cooperación financiera y seguridad. China se ha convertido en un socio comercial significativo para países como El Salvador, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Argentina y Brasil.
El gobierno de Estados Unidos observa estas relaciones con precaución y ha comenzado a implementar estrategias para condicionar las interacciones entre América Latina y China, como la Ley de las Américas. A pesar de estas circunstancias, el impacto económico de la inversión china en México y la región es un factor que seguirá requiriendo atención y gestión estratégica.
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