Redacción EXOR  

Hasta hace dos meses, los funcionarios de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos no consideraban un recorte de tasas en su reunión de septiembre. Sin embargo, a finales de agosto, el presidente de la Fed, Jerome Powell, señaló la necesidad de reducir los costos de los préstamos, lo que llevó a la mayoría de sus colegas a respaldar esta medida.  

El cambio de postura de los responsables de la política monetaria se debe a una variedad de datos económicos que sugieren diferentes riesgos para la economía. Algunos miembros se enfocan en la inflación persistente, otros en la debilidad del mercado laboral, y otros en las condiciones financieras de empresas y hogares. Kristin Forbes, profesora de economía en el MIT, explicó que los responsables se centran en diferentes indicadores y riesgos, lo que los lleva a consensuar, aunque por razones diferentes.  

Durante el simposio de la Fed en Jackson Hole, Wyoming, Powell reiteró la necesidad de recortes en las tasas de interés. A pesar del consenso, algunos miembros condicionan su apoyo a nuevas señales de desaceleración de la inflación o debilidad en el mercado laboral. La mayoría, sin embargo, considera casi seguro un recorte en septiembre, y la magnitud del recorte dependerá de los datos entrantes: podría ser de un cuarto de punto porcentual o un recorte mayor de medio punto.  

Aunque la inflación muestra signos de desaceleración, la Fed no considera la situación resuelta y busca un enfoque cauteloso para los recortes. Susan Collins, presidenta de la Fed de Boston, expresó confianza en la desaceleración de la inflación, pero aboga por un recorte gradual de tasas, postura que comparte con Patrick Harker, presidente de la Fed de Filadelfia.  

La estrategia general de la Fed refleja un análisis cuidadoso de los riesgos para mantener el equilibrio entre la estabilidad de precios, el mercado laboral y el crecimiento económico en Estados Unidos.