Exor - Latam Centroamérica
13 de Diciembre, 2024
Redacción
EXOR
Los
países emergentes están lidiando con presiones significativas derivadas de un
dólar estadounidense fortalecido y rendimientos elevados de los bonos del
Tesoro, lo que genera dificultades para sus economías y limitadas opciones de
respuesta por parte de los responsables de políticas públicas.
Estas
condiciones están impactando negativamente las monedas locales, incrementando
los costos del servicio de deuda denominada en dólares, reduciendo los flujos
de capital, afectando los precios de los activos locales y ralentizando el
crecimiento económico. A esto se suma la incertidumbre generada por las
políticas arancelarias y comerciales propuestas por la nueva administración en
Estados Unidos.
China
y Brasil, dos economías clave dentro de los mercados emergentes, están
adoptando enfoques opuestos para abordar sus desafíos. Mientras que China busca
estimular su economía a través de políticas monetarias y fiscales expansivas,
Brasil ha implementado tasas de interés más altas para controlar la inflación y
estabilizar sus finanzas.
Sin
embargo, ambas naciones enfrentan resultados similares: crecimiento económico
débil y monedas depreciadas. El real brasileño ha alcanzado su nivel más bajo
histórico, mientras que el yuan chino se encuentra cerca de mínimos no vistos
en 17 años, con posibles riesgos de devaluación que podrían generar flujos de
salida de capital y desencadenar ajustes competitivos en las monedas de Asia y
otras regiones.
Los
flujos de capital hacia los países emergentes podrían caer significativamente
en 2025. Según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), se espera una
disminución del 24%, pasando de US$944.000 millones en 2024 a US$716.000
millones el próximo año.
Además,
el aumento de los rendimientos de los bonos estadounidenses está incrementando
los costos de endeudamiento para los países emergentes. La deuda total de los
mercados emergentes se acerca a los US$30 billones, lo que representa el 28%
del mercado global de bonos, un incremento significativo respecto al 2% en el
año 2000.
A pesar de estas adversidades, los países emergentes cuentan con importantes reservas internacionales, con un total de US$12,3 billones, de los cuales US$3,3 billones están en manos de China. Estas reservas podrían convertirse en una herramienta crucial para enfrentar las presiones financieras y estabilizar las economías.
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