Redacción EXOR

Al inicio de 2024, 14 provincias y ciudades en China han lanzado una serie de proyectos "sustanciales", señalando una estrategia económica impulsada por la inversión que, aunque evoluciona, se mantiene firme. A pesar de las recomendaciones de muchos economistas para cambiar hacia un modelo de crecimiento impulsado por el consumo durante los últimos 13 años, la promoción vigorosa de estos proyectos por parte de los gobiernos locales sugiere que el país sigue confiando en la inversión para apoyar su crecimiento económico.

Esta estrategia, si bien no está exenta de defectos, es algo racional en las circunstancias actuales. Internamente, una falta generalizada de confianza entre los residentes chinos ha reprimido el gasto del consumidor, con una reciente encuesta de la Universidad de Pekín indicando un modesto aumento del 4.11 por ciento en la confianza del consumidor en los últimos seis meses. Externamente, la competencia geopolítica, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y una posible recesión en la eurozona han presentado desafíos para el comercio exterior del país.

Para el liderazgo de Beijing, mantener el crecimiento es de suma importancia tanto económica como políticamente. En su opinión, la manera más viable de mantener la tasa de crecimiento del producto interno bruto en el rango del 4-5 por ciento en 2024 es promover vigorosamente la inversión.

Sin embargo, el programa de inversión local de este año, en contraste con iniciativas anteriores, muestra un cambio notable en los objetivos. Primero, los proyectos de 2024 tienen un sabor distintivamente científico, enfocándose en tecnología de la información de nueva generación, biofarmacéuticos, inteligencia artificial y energías bajas en carbono. Esto sugiere una ambición de ascender en la cadena de valor y desarrollar nuevos motores de crecimiento. En segundo lugar, hay un énfasis en invertir en el bienestar público. En tercer lugar, hay una disminución notable en proyectos de inversión inmobiliaria. Y por último, hay un mayor énfasis en la inversión privada.

En el ámbito del bienestar público, las inversiones locales se dirigen principalmente a viviendas asequibles, educación, hospitales y proyectos medioambientales. Según el economista chino Yu Yongding, el país aún tiene una brecha significativa en estas áreas en comparación con las naciones desarrolladas. Dicha inversión también impulsará el consumo y el crecimiento económico del país.

En el sector de la vivienda, el inventario en 2023 alcanzó un pico no visto desde 2017, lo que hace que la reducción en proyectos inmobiliarios sea beneficiosa. Sin embargo, invertir en proyectos tecnológicos y aumentar la inversión privada es un desafío.