Redacción EXOR

El CEO de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, ha hecho un llamado a la Reserva Federal de Estados Unidos para que retarde cualquier posible recorte en las tasas de interés hasta después de junio, enfatizando la necesidad de reforzar su credibilidad en la batalla contra la inflación. Durante su participación en la cumbre de negocios del Australian Financial Review, transmitida vía livestream desde Nueva York, Dimon subrayó la importancia de que el banco central se mantenga dependiente de los datos antes de tomar una decisión. "Sería prudente incluso esperar más allá de junio y dejar que las cosas se resuelvan", manifestó, destacando que la credibilidad del banco central juega un papel crucial en este contexto.

Según Dimon, a pesar de la robusta situación económica actual de Estados Unidos, que roza lo que podría describirse como un boom, es esencial no sucumbir por completo a la expectativa de un aterrizaje suave en los mercados. Estima que las posibilidades de enfrentar alguna forma de recesión son del 65%, sin descartar el riesgo de estanflación. Asimismo, relacionó el reciente auge en los mercados de deuda y acciones con características de burbuja, resultado parcial del estímulo fiscal y monetario implementado durante la pandemia, cuyos efectos aún persisten.

En su crítica continua hacia el bitcoin, Dimon lo asoció con actividades ilegales, aunque defendió el derecho a su compra como una elección personal, asegurando que él nunca invertiría en dicha criptomoneda. Además, reveló el trabajo de JPMorgan con inteligencia artificial, empleándola tanto para mejorar operaciones bancarias como para uso personal en la síntesis de lecturas.

De cara a las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, Dimon pronosticó una campaña electoral intensa y equilibrada, expresando preocupación por un posible enfoque radical en un segundo mandato de Trump, especialmente en lo referente a la política exterior. Reiteró que las tensiones geopolíticas actuales, incluyendo la guerra en Ucrania y el conflicto en Gaza, continúan siendo una amenaza para el crecimiento económico global.