Redacción EXOR 

El gobierno brasileño ha mantenido su previsión de que la mayor economía de América Latina crecerá un 2.5 % en 2024, a pesar de las inundaciones que afectaron a Río Grande do Sul, paralizando actividades en este estado productor del sur del país durante casi un mes. 

Esta proyección se encuentra en el Boletín Macrofiscal divulgado este jueves por el Ministerio de Hacienda, basado en datos recogidos en junio, y no presenta cambios respecto a la previsión de mayo. 

Para 2025, en cambio, la proyección de crecimiento del producto interior bruto (PIB) se ha reducido del 2.8 % previsto en mayo al 2.6 % en junio. 

La previsión del gobierno para el crecimiento de Brasil en 2024 es superior a la de los economistas del mercado (2.1 %), la del Banco Central (2.3 %) y la del Fondo Monetario Internacional (2.1 %). 

Si se cumple esta proyección, representará una desaceleración continua, siendo la tercera consecutiva para una economía que creció un 4.8 % en 2021, un 3.0 % en 2022 y un 2.9 % en 2023. 

El Ministerio de Hacienda explicó que su previsión para 2024 se basa en las ventas del comercio y la demanda de servicios por parte de las familias, lo que ha impulsado la generación de empleos y el aumento de la renta. 

Aunque las inundaciones de mayo y junio en Río Grande do Sul afectaron la producción industrial y agrícola, el Ministerio indicó que estos efectos pueden ser compensados. Las medidas de apoyo a las familias, empresas y gobiernos regionales y municipales, implementadas por el gobierno, ayudarán a mitigar los impactos de las inundaciones. 

A pesar de mantener estable su proyección general de crecimiento para Brasil, el Ministerio ajustó sus previsiones para distintos sectores. Ahora se espera una mayor retracción en la agropecuaria, revisada de -1.4 % a -2.5 %, debido a la menor producción de soja, maíz y trigo por las inundaciones. 

Este ajuste será compensado por un mejor desempeño de la industria, cuya previsión de crecimiento aumentó de 2.4 % a 2.6 %, y del sector servicios, que se revisó al alza de 2.7 % a 2.8 %. 

El Boletín también señala que el crecimiento se desaceleró en el segundo trimestre, con una expansión estimada de 0.6 %, después de haber sido de 0.8 % en los tres primeros meses del año. La situación en Río Grande do Sul en mayo explica en parte esta desaceleración, ya que afectó principalmente las estimaciones de crecimiento de la agropecuaria y la industria. 

En cuanto a la inflación, el Ministerio elevó su proyección del índice de precios de 3.7 % en mayo a 3.9 % en junio, debido a los impactos de las inundaciones y los recientes ajustes en los precios de los combustibles.