Redacción EXOR 

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, firmó el miércoles un decreto que establece un objetivo de inflación continuo a partir de 2025, con responsabilidad trimestral del banco central. 

El decreto otorga al Consejo Monetario Nacional (CMN), el principal organismo de política económica del país, la facultad de determinar el objetivo. En una reunión posterior, el CMN confirmó la meta oficial del 3%, con un rango de tolerancia de más o menos 1.5 puntos porcentuales. 

Esta decisión se produce tras las críticas de Lula el año pasado, quien argumentaba que la meta de inflación era demasiado baja y requería una política monetaria restrictiva, afectando la economía. En junio de 2023, el gobierno de Lula anunció que el objetivo del 3% sería continuo, aunque la formalización del nuevo sistema dependía de un decreto presidencial. 

El ministro de Finanzas, Fernando Haddad, afirmó que es importante centrarse en las decisiones del gobierno y no en los debates. Destacó que el compromiso de Lula con la meta de inflación ya había sido claro el año pasado. 

Haddad, quien es miembro del CMN junto con el ministro de Planificación y el gobernador del banco central, explicó que el nuevo sistema elimina la necesidad de establecer una meta anual y, junto con las reglas fiscales del gobierno, establece un nuevo horizonte macroeconómico para Brasil. 

Hasta ahora, el CMN fijaba metas de inflación anuales para cada año calendario. Sin embargo, el equipo económico de Lula sostiene que un objetivo de inflación continuo permite un enfoque a más largo plazo, dando más margen para manejar los choques de precios sin necesidad de ajustes monetarios inmediatos. 

Según el decreto, a partir de enero, se considerará que la meta no se cumple si la inflación anual se desvía durante seis meses consecutivos del rango de tolerancia establecido. En tales casos, el banco central deberá enviar una carta abierta al ministro de Finanzas explicando las razones de la desviación, las medidas necesarias para volver a la meta y el plazo esperado para su efectividad. 

El decreto también exige que el banco central publique un informe trimestral de política monetaria, que incluirá el desempeño del nuevo marco de objetivos de inflación, los resultados de decisiones de política monetaria pasadas y una evaluación prospectiva de la inflación. 

El cambio en el marco temporal para evaluar el cumplimiento del objetivo de inflación se anunció hace un año, pero dependía del decreto presidencial. En un comunicado, el Ministerio de Finanzas afirmó que el nuevo régimen permite anclar las expectativas de inflación a largo plazo y demuestra el compromiso del país con una inflación baja y estable. 

A partir de ahora, cualquier cambio en el objetivo deberá anunciarse con al menos 36 meses de antelación. 

Cuando se le preguntó si Gabriel Galípolo, director de política monetaria del banco central, sería elegido para dirigir el banco central una vez que termine el mandato del gobernador Roberto Campos Neto en diciembre, Lula dijo que aún no está centrado en esa cuestión. 

Lula, ahora en su tercer mandato no consecutivo, reiteró que la autonomía del banco central siempre ha sido respetada en sus administraciones anteriores, pero criticó la tasa de interés de referencia actual del 10.5%, dado que la tasa de inflación anual es del 4%.