Redacción EXOR 

El gobierno de Brasil elevó su previsión de déficit primario para este año a 32.6 mil millones de reales (US$5,900 millones) el lunes, lo que llevó a un congelamiento de gastos para cumplir con la meta fiscal. 

El déficit, informado en el reporte bimestral de ingresos y gastos de los ministerios de Planificación y Finanzas, corresponde a un déficit primario del 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB). En mayo, la previsión era de un déficit primario de 14,500 millones de reales, o el 0.1% del PIB. 

La meta fiscal para este año es eliminar el déficit primario, que excluye los pagos de intereses, con un margen de tolerancia de 0.25 puntos porcentuales del PIB en cualquier dirección. 

El gobierno anunció que congelará 3,800 millones de reales en gastos para alcanzar este límite. Además, debido a que el nuevo marco fiscal aprobado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva también limita el crecimiento del gasto, se bloquearán otros 11,200 millones de reales para garantizar el cumplimiento total. Esto eleva el total de la contención a los 15,000 millones de reales anunciados la semana pasada por el ministro de Finanzas, Fernando Haddad. 

El secretario del Tesoro, Rogerio Ceron, afirmó que se observarán estrictamente los límites de gasto durante todo el año, subrayando que la meta fiscal es viable y no necesita cambios. 

Miembros del gobierno han reiterado su compromiso de mantenerse dentro del objetivo fiscal este año, mientras que economistas privados encuestados semanalmente por el banco central prevén un déficit primario del 0.7%. 

El lunes por la mañana, Lula dijo que el gobierno congelará los gastos siempre que sea necesario para cumplir con la meta fiscal. 

El empeoramiento del panorama fiscal se debe principalmente a un aumento de 20,700 millones de reales en los gastos proyectados, especialmente para pensiones y beneficios sociales. Al mismo tiempo, el gobierno redujo su expectativa de ingresos netos en 13,200 millones de reales. 

El déficit proyectado excluye los 28,800 millones de reales que el gobierno planea gastar para abordar las inundaciones sin precedentes en el estado más austral de Río Grande do Sul, que, por ley, no se cuentan para el cumplimiento de la meta fiscal.