Redacción EXOR

El Banco Central Europeo (BCE) decidió, en una reunión llevada a cabo este jueves,  mantener sus tasas de interés en el nivel más alto registrado hasta ahora, aunque dejó la puerta abierta para posibles recortes en el futuro cercano. Esta medida se produce en un contexto de incertidumbre económica, marcado especialmente por la inflación persistente en Estados Unidos, lo que genera dudas sobre si la Reserva Federal estadounidense (Fed) podrá realizar ajustes similares en su política monetaria.

A pesar de que el BCE ha sostenido los costos de endeudamiento estables desde septiembre, había anticipado la posibilidad de reducir las tasas, dependiendo de una serie de indicadores económicos, entre ellos, aquellos relacionados con los salarios y la inflación. 

Durante la conferencia de prensa posterior a la reunión, Christine Lagarde, presidenta del BCE, hizo hincapié en las diferencias entre las economías de la zona euro y Estados Unidos, señalando que, a pesar de las comparaciones inevitables, cada región enfrenta situaciones distintas y, por tanto, requiere enfoques diferentes.

Lagarde afirmó: "No podemos basar nuestras decisiones en la suposición de que la inflación en la zona euro y en Estados Unidos son equivalentes. Son distintas". Además, subrayó que las decisiones del BCE se basan en el análisis de datos específicos de su región, dejando claro que "dependemos de los datos, no de la Fed".