Redacción EXOR 

El Banco de México (Banxico) decidió mantener la tasa de interés en el 11 %, nivel que se ha mantenido desde marzo. Esta decisión, alineada con las expectativas del mercado, no fue unánime y vino acompañada de un ajuste ligero en las expectativas inflacionarias debido a la depreciación del peso. 

A favor de mantener la tasa de interés votaron los subgobernadores Victoria Rodríguez Ceja, Galia Borja Gómez, Irene Espinosa Cantellano y Jonathan Heath. Omar Mejía Castelazo votó por reducir la tasa en 25 puntos base. 

Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, comentó que la decisión de Banxico no fue una sorpresa en cuanto al mantenimiento de la tasa, pero sí lo fue la falta de unanimidad. 

El banco central decidió extender la pausa en el ciclo de recortes debido al aumento de las presiones inflacionarias. El último dato del Índice de Precios al Consumidor (INPC) de la primera quincena de junio mostró una inflación anual de 4.78 %, superior al objetivo del 3 %. 

En su comunicado, Banxico señaló que la depreciación del peso eleva las expectativas de inflación, aunque estos efectos se ven contrarrestados por la debilidad de la actividad económica. Las previsiones de inflación general y subyacente se ajustaron ligeramente en algunos trimestres. 

Banxico prevé que la economía global continúe creciendo en el segundo trimestre de 2024, aunque a un ritmo más lento. En la mayoría de las economías avanzadas, la inflación sigue disminuyendo. 

El banco también destacó que la Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo sin cambios la tasa de fondos federales, mientras que algunos bancos centrales han recortado sus tasas de referencia. Subrayó riesgos globales como tensiones geopolíticas, prolongación de presiones inflacionarias, condiciones financieras ajustadas y desafíos para la estabilidad financiera. 

En México, Banxico observó volatilidad en los mercados financieros debido a factores internos, un aumento significativo en las tasas de interés de valores gubernamentales a mediano y largo plazo, la depreciación del peso y la debilidad en la actividad productiva desde finales del año pasado. El balance de riesgos para la actividad económica sigue sesgado a la baja.