Redacción EXOR

En Brasil, el Banco Central ha reafirmado su compromiso con la meta de inflación del 3%, a pesar de las divergencias sobre las decisiones de política monetaria. Durante una reciente reunión, aunque hubo debates sobre la reducción de las tasas de interés, el consenso en torno a las crecientes expectativas de inflación fue unánime entre los miembros del consejo.

Roberto Campos Neto, el gobernador del banco, destacó que no se desviarán de este objetivo inflacionario, mientras que Gabriel Galipolo, director de política monetaria, aseguró que la meta no está en discusión. Estos comentarios siguieron a una decisión dividida de reducir las tasas de interés en 25 puntos básicos hasta el 10.50%, continuando con una serie de recortes previos pero a un ritmo menor.

El Banco Central ha mantenido un tono restrictivo incluso después de aplicar seis cortes consecutivos de tasas que fueron el doble de grandes. La semana pasada, los cuatro miembros del consejo nombrados por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva apoyaron un corte de 50 puntos básicos, alineándose con las directrices establecidas en marzo.

Las recientes declaraciones de los funcionarios del banco han potenciado las especulaciones en los mercados de futuros, sugiriendo que podría haber una pausa en las reducciones de tasas en la próxima reunión de junio. Campos Neto, en un evento en Brasilia, reiteró la claridad y definición del mandato del banco, insistiendo en que las deliberaciones sobre política monetaria deberían ignorar el margen de tolerancia del objetivo de inflación.

En un evento en Nueva York, Galipolo coincidió con Campos Neto y compartió su postura. Aunque inicialmente consideró apoyar un recorte más modesto de 25 puntos básicos, optó por uno de 50 puntos para mantener la coherencia con las guías previas y preservar la credibilidad del banco.

Ambos funcionarios resaltaron la importancia de las expectativas de inflación en sus discusiones, expresando preocupación por su alejamiento del objetivo establecido. Esta situación subraya la cautela del Banco Central frente a un panorama económico global incierto y su empeño en estabilizar la economía brasileña.